viernes, 16 de enero de 2015

París estaba cubierta por un manto de silencio...las palabras sobraban. Pero los corazones de los parisinos latían más fuerte y mas deprisa que nunca. Las emociones no pueden callarse.  María y yo teníamos una cita con André Laban compañero de profesión y tripulante durante 25 años del mítico Calypso del equipo de Cousteau. 
Rodeado de letras nos acogió un cielo especialmente azul. Descubrimos entre cuadros que el tiempo estaba con nosotros..a nuestro favor. También saboreamos el paisaje de la tarde en la romántica y herida París.
Nuestro corazón está con ella.