Pintar los fondos submarinos de la Costa de Malindi en Kenia, es enfrentarte a un Océano Índico salvaje e imprevisible, y todo ello bajo una aparente calma. Muy diferente al Índico que he conocido en otras partes del planeta. En Kenia he soportado corrientes que casi hacían imposible mi trabajo como pintor bajo el mar. Corrientes que podían arrastrar kilómetros a un buceador, en zonas con posible presencia de tiburón blanco... de hecho así le ocurrió a mi mujer.
Sin embargo estas dificultades solo sirven para engrandecer aún más mi pasión por la experiencia increíble que supone crear Arte bajo las olas. Esto me ayuda a dejar de controlar mentalmente cada acción que realizo sobre el lienzo sumergido, para actuar en él como en la propia vida...dejándome llevar.
Pero siento con todo mi corazón que lo mejor de Kenia son sus habitantes y en especial los niños .
Aunque con carencias evidentes derrochan entusiasmo y un amor contagioso.
Desde esta página mi cariño y un gran abrazo para ellos.
Fotos Kike y Miriam Salmerón.