lunes, 28 de noviembre de 2011

"CARA A CARA". Con Víctor Colomer. Diari de Sabadell.


Alfonso Cruz, pintor submarino : «Bajo el mar se puede hacer hasta el amor»
Publicat el 23 novembre 2011 per Victor Colomer

Hacer submarinismo en la mili, rescatar cadáveres de ahogados y trabajar en las cenagosas aguas del puerto de Barcelona le curtió tanto que hoy, para él, pintar lienzos al óleo bajo el mar es un acto de relajación.
El pintor submarino egarense, Alfonso Cruz Suárez, 53, ya ha pintado mil cuadros bajo el mar y los ha vendido. Alguno por 24.000 euros. Le invitan en todo el mundo y este viernes inaugura en Aguilart de Castellar del Vallès.
  ¿Es usted un buzo que pinta o un pintor que se sumerge?
Sin ninguna duda un pintor que se sumerge. Hacerlo

bajo el agua es  sólo una anécdota.
Pues se ha especializado en ello.
Porque después de 15 años de hacer hiperrealismo y exponer hasta en galerías de Nueva York, me cansé de sacrificar tantas horas encerrado en un estudio.
¿La pintura submarina es más espontánea?
Eso es. No tengo ni que abocetar. Todo es más rápido, más libre.
Le limita el tiempo.
Tengo oxígeno para un máximo de dos horas. Al estar quieto, consumo muy poco aire.
¿Siempre cuadros pequeños?
A veces sumo en uno grande, pequeños cuadros pintados en distintas inmersiones.
¿Cuántos habrá como usted en el mundo?
Muy pocos. El primero fue el hindo-escocés de Madrás, Zarh Pritchard que en 1905 ya bajaba con escafandra y pies de plomo.
¿Usted fue el segundo?
No. El segundo fue mi amigo André Laban del equipo Costeau. Hubo un par más con poca obra y luego ya vengo yo. Tras de mi han salido otros a los que asesoro.
¿El óleo no se disuelve en agua?
No. Pero el lienzo hay que impermeabilizarlo.
¿Seguro que no hace una foto y luego lo pinta en casa?
Eso no tendría ningún sentido. El óleo actúa diferente en el lienzo con la presión, el medio líquido… Enseguida se ve la diferencia.
Mucha barca hundida, veo.
Me sugieren mucho. Algunas las visito una y otra vez y veo su progresiva degradación. Como el ser humano.

Pues no veo el parecido.
Ha tenido una vida útil, está en el fondo del mar, se apoderan de ella microorganismos… Ese deterioro es para mi muy poético.
Como pintar un cadáver en putrefacción.
No. Desgraciadamente he tenido mucha relación con cadáveres bajo el agua y sé de lo que hablo.

¿Un ahogado te mira a los ojos?
A veces ya no tiene ojos. Ni labios. Es una imagen espectral, muy dura. No hay nada de poético en ella.
Todos los pintores buscan la luz. Bajo el mar no la hay.
A 15 metros aún hay luz y color. Y si bajo más llevo una linterna. Ahora, por ejemplo, vengo de Cuba donde he tenido que descender a 30 metros para pintar un buque español hundido por los americanos para un documental de Thalassa.
¿Pinta flotando?
Nunca. Necesito tener los pies bien anclados en el suelo. Lo que sí flotan son los tapones de los tubos de pintura. Y el lienzo a veces lo lastro con pesos.
Toda una técnica.
La experiencia te enseña dónde colgarte el trapo para limpiar la espátula, cómo preservar la pintura del zarpazo de una aleta, cómo estalla en briznas el azul prusia…
¿Pintaría bajo el Amazonas?
No me gustan los ríos. Me recuerdan demasiado mi época de rescatador. Prefería pintar bajo el hielo.
¿A veces desea subir a un piso volando por la fachada?
¡Sí! Pasa exactamente así. En el mar subes y bajas tan fácilmente.
¿Sin gafas saldría otro cuadro?
Seguro, pero no leería las letras de los tubos de pintura.
¿El color que más gasta es el azul?
Evidentemente, pero he descubierto cientos de azules.
¿Lo más importante?
Concentrarse en la pintura a pesar del tiburón blanco de Kenia que te ronda, de esa corriente que se te lleva, de aquella turbulencia…
¿Y relajarse?
Yo he llegado a dormir bajo el mar.
¿Se podría hacer música?
Bajo el mar se puede hacer de todo, hasta el amor (se ruboriza).
No haré más preguntas, señoría

Y ENCIMA POETA
No tiene bastante con su doble faceta de buzo y artista. También es poeta.
«Hoy día se sospecha de quien hace dibujo y música a la vez pero tu puedes ser un gran músico y no saberlo. Yo he publicado varios libros de poemas y tengo otros en el cajón esperando a mi jubilación como buzo:
Ella ríe con ganas/ y un lucero la observa./ Después llega el amanecer».

1 comentario:

  1. José M. Hernández12 de enero de 2012, 11:46

    Hasta en las respuestas de una entrevista, Alfonso, transmites esa calma, experiencia y vitalidad de un sabio, un artista y en definitiva una bellísima persona. Muchos besos para todos, espero veros pronto donde mora el silencio, allí donde se cruzan los caminos. José Miguel.

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